sábado, 16 de julio de 2016

FÁRMACOS HIPOLIPEMIANTES 2016



El colesterol forma parte de las membranas celula­res y es el punto de partida para la síntesis de ácidos biliares y de hormonas esteroideas en las glándulas suprarrenales y en las gónadas, mientras que los trigli­céridos son una de las principales fuentes de energía para el organismo. Sin embargo, el colesterol y los tri­glicéridos son sustancias insolubles en medio acuoso que se transportan en el plasma unidos a fosfolípidos y proteínas específicas o apolipoproteínas, formando ma­crocomplejos hidrosolubles denominados lipoproteínas. Las lipoproteínas están formadas por un núcleo central de lípidos hidrófobos (triglicéridos, ésteres de colesterol) revestidos por una cubierta de moléculas más hidrosolubles (fosfolípidos, colesterol no esterificado, apolipoproteínas). De acuerdo con su estructura, densidad, movilidad electroforética y acción biológica se diferencian cinco tipos de lipoproteínas: Los quilomicro­nes, que transportan fundamentalmente las grasas de la dieta; las lipoproteínas de muy baja- densidad (VLDL), que transportan los triglicéridos y el colesterol sinteti­zados en él hígado hacia los tejidos periféricos, las lipoproteínas de densidad intermedia (IDL) y las lipoproteínas de baja densidad (LDL), que representan el prin­cipal sistema de transporte del colesterol hacia las célu­las de los tejidos periféricos, y las lipoproteínas de alta densidad (HDL), que transportan el colesterol desde los tejidos al hígado para su excreción en forma de áci­dos biliares.
Colesterol total (mg/dl):
·          Deseable: < 200 mg/dl (5,18 mmol/L).
·          Valor límite alto: 200-239.
·        Alto: 240.
LDL-C (mg/dl):
·          Óptimo en pacientes de muy alto riesgo: < 70
·          Óptimo: < 100 (2,6 mmol/L).
·          Valor límite alto: 130-159.
·          Alto: 160-189.
·           Muy alto 190.
Triglicéridos (mg/dl):
·          Normal: 150 (1,7 mmo/L).
·            Valor límite alto: 150-199.
·         Alto: 200-499.
HDL-C (mg/dl):
·          Bajo: < 40 (1 mmo/L).
·         Alto:   60.

FÁRMACOS EMPLEADOS


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OMEGA 3-6-9

Los aceites del pescado ricos en ácidos omega-3 (eicosapentanoico y docosahexaenoico) forman parte de las membranas celulares y son precursores de los eicosanoides. Estos ácidos grasos reducen la síntesis de VLDL y apo-B, así como los niveles plasmáticos de trigli­céridos (20-50 %), aunque pueden aumentar los niveles de LDL-C. (razón por la que están contraindicados en la hiperlipoproteinemia) y exhiben propiedades vasodilatadoras, antiinflamatorias y antiagregantes pla­quetarias. Se ha propuesto que el ácido eicosapenta­noico podría reemplazar al ácido araquidónico en las membranas celulares, lo que conduce a la síntesis de tromboxano A, que presenta propiedades vasoconstric­toras, proagregantes plaquetarias y mitogénicas mucho menos acentuadas que el tromboxano y la prosta­glandina I3, que presenta propiedades vasodilatadoras y antiagregantes similares a las de la prostaglandina I2. Los ácidos omega-3 exhiben acciones antiarrítmicas y disminuyen los niveles de fibrinógeno.
Administrados por vía oral, se absorben en el duodeno; su biodisponibilidad es muy variable, dependiendo de su composición y origen, pero aumenta cuando se toman con alimentos. Tras su absorción, los ácidos omega-3 son transportados al hígado, donde se incorporan a diferentes lipoproteínas o a la membrana celular o son oxidados como fuente de energía celular. Producen náuseas, flatulencia, diarrea y regusto a pescado. Pueden disminuir los niveles plasmáticos de vitamina E, por lo que en ocasiones es necesario administrar suplementos de dicha vitamina. También pueden empeorar el control glucémico de los pacientes diabéticos y potenciar los efectos de anticoagulantes y antiagregantes.

En pacientes con enfermedad coronaria, el consu­mo de ácidos omega-3 disminuye la incidencia de muerte súbita, coronariopatías mortales y paro cardíaco. Por ello, están indicados, como tratamiento adjunto a la dieta y a otros tratamientos estándar (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), βbloqueantes, antiagregantes, estatinas), en la prevención secundaria del infarto de miocardio. También son de elección en el tratamiento de la hipertrigliceridentia (> 500 mg/d1) en­dógena en adultos cuando las medidas dietéticas y los fibratos resultan insuficientes En la hiperlipoproteine­mia tipo W se administran en monoterapia, y en los tipos IIb y III, asociados a estatinas. En el primer caso, la dosis recomendada es de 1 g/dia, y en pacientes con hipertrigliceridentia, de hasta 15 g/día.

viernes, 1 de julio de 2016